El Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro

12/20/2008 Beldz 0 Comments


"El palacio del Buen Retiro
", actualmente en el centro histórico de Madrid, fue un conjunto arquitectónico construido por orden de Felipe IV como lugar de recreo y segunda residencia. Parece ser que, en ocasiones, Felipe IV tenía la costumbre de alojarse en unas habitaciones contiguas al monasterio de "Los Jerónimos", que recibían el nombre de Cuarto Real. El rey solía pasear por los alrededores de la finca -que eran propiedad del Conde Duque de Olivares- y, por este motivo, el valido le regaló los terrenos para proyectar una ampliación que acabaría constituyéndose como el palacio del Buen Retiro -un conjunto palaciego de más de veinte edificaciones y dos grandes plazas abiertas que se usaban para celebrar las festividades y otras actividades diversas-, rodeado por una gran extensión de jardines y estancos que aún hoy se conservan. En 1808, durante la invasión francesa, los jardines quedaron bastante malogrados, pero, desgraciadamente, el palacio fue totalmente destruido, a excepción del Casón del Buen Retiro -antigua sala de baile- y el Salón de Reinos -actual Museo del Ejército-.

Aunque era una segunda residencia, que se usaba especialmente en verano, el rey quiso decorarla suntuosamente equiparándola con El Alcázar, su residencia habitual. Así es como se trasladaron al palacio obras de Claude Lorrain, Nicolas Poussin, Massimo Stanzione y Giovanni Lanfranco, entre muchos otros, así como el encargo de nuevas pinturas a artistas españoles para decorar una de las salas más suntuosas del palacio, el Salón de Reinos.

Jusepe Leonardo
"El Buen Retiro"
(1637)

El Salón de Reinos

El Salón de Reinos comenzó a construirse a partir de 1633. Era la sala del trono, donde el rey presidía las ceremonias, las fiestas cortesanas y las obras teatrales, aunque a medida que iban llegando las pinturas que lo decorarían, devino en una auténtica galería de arte. Consistía en un recinto rectangular, dividido en ocho módulos cuadrados, realizados a medida para albergar la colección de pinturas, encargadas a los mejores pintores del momento. La intención era que toda la sala debía proclamar la gloria del monarca y la magnificencia del rey, a partir de sus gestas políticas y militares, de la ascendencia mítica de sus antepasados y de la gran extensión de sus dominios.
De esta manera, empezando por las lunetas de la bóveda, había veinticuatro escudos con la representación de los veinticuatro reinos que formaban el imperio español (Aragón, Castilla y León, Catalunya, Galicia, Córdoba, Granada, Jaén, Murcia, Navarra, Sevilla, Toledo, Valencia, Vizcaya, Portugal, Austria, Borgoña, Brabante, Cerdeña, México, Flandes, Milán, Nápoles, Sicilia y Perú), así como un tejido que vinculaba simbólicamente a Felipe IV con el dios Sol-Apolo.


Los trabajos de Hércules

A continuación, sobre las ventanas de los muros norte y sur, se instalaron los diez cuadros realizados por Zurbarán de temática mitológica sobre los trabajos de Hércules, que acabó entre 1634 y 1635. En realidad fueron doce los trabajos que Hércules realizó, pero Zurbarán sólo pintó diez para que quedasen en concordancia con las ventanas del salón. Simbólicamente, los trabajos de Hércules representaban las virtudes del rey de España y la identificación entre ambos personajes. Hércules era el símbolo de la fortaleza y la virtud, uno de los héroes más prestigiosos de la mitología griega y romana, que desde el siglo XVI se identificó también con los reyes españoles de la casa de Austria, que se consideraban sus descendientes. Éstas fueron las pinturas que Zurbarán realizó para el Salón de Reinos: “Hércules desviando el curso del río Alfeo”, "Hércules abrasado por la túnica del Centauro Neso, "Hércules lucha con Anteo”, “Hércules lucha contra el jabalí de Erimanto”, “Hércules lucha contra el león de Nemea”, "Hércules lucha contra la hidra de Lerna”, “Hércules separa los montes de Calpe y Abyla”, “Hércules vence a Gerión”, “Hércules y el Cancerbero” y “Hércules y el toro de Creta”.

Francisco de Zurbarán
"Hércules y el Cancerbero"
"Hércules separa los montes de Calpe y Abyla"


Los cuadros de batallas

Por otra parte, en los muros inferiores se colgaron los espléndidos cuadros de batallas que mostraban las virtudes y la gloria del monarca español. Éstas fueron las pinturas, por orden cronológico a los acontecimientos:

- “La victoria de Fleurus” de Vicente Carducho.
- “La rendición de Juliers” de Jusepe Leonardo.
- “La rendición de Breda” de Velázquez.
- “La defensa de Cádiz contra los ingleses” de Zurbarán.
- “Recuperación de San Juan de Puerto Rico” de Eugenio Cajés.
- “El socorro de Génova de Antonio de Pereda.
- “La recuperación de Bahía del Brasil” de Juan Bautista Maíno.
- “La recuperación de la isla de San Cristóbal” de Félix Castello.
- “La toma de Brisach” de Jusepe Leonardo.
- “El socorro de la plaza de Constanza” de Vicente Carducho.
- “La expugnación de Rheinfelden” de Vicente Carducho
- “La expulsión de los holandeses de San Martín” de Zurbarán.

Velázquez
"La rendición de Breda o Las Lanzas"
Juan Bautista Maíno
"La recuperación de la Bahía del Brasil"


Los retratos ecuestres

Finalmente, la serie dinástica de los retratos ecuestres de Velázquez configuraba el colofón de la colección. "Felipe IV a caballo" simbolizaba la majestuosidad, el poder y el buen gobierno del monarca, remarcado por la posición en corbeta del caballo, muy habitual entre los escultores y pintores del barroco, y la figura impasible y de perfil del rey, vestido lujosamente. "El retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos" simbolizaba, a través de esta imagen heroica e infantil, la continuidad de la monarquía española; y el "Retrato ecuestre de Isabel de Borbón" que flanqueaba, junto con el de Felipe IV, el de su hijo Baltasar Carlos, representaba a la reina sentada de lado sobre un caballo que avanza con paso lento, símbolo de sumisión. Además, los dos últimos retratos -situados delante de los anteriores- de "Felipe III a caballo" y "Margarita de Austria a caballo" exaltaban la continuidad de la monarquía, en tanto que eran padres del monarca reinante y abuelos del príncipe heredero.

Velázquez
"Retrato ecuestre de Felipe IV"
"Retrato ecuestre de Isabel de Borbón"

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La Odisea, de Pérez Navarro y Martín Saurí

11/19/2008 Beldz 1 Comments



Dioses, monstruos y la codicia de los hombres pondrán a prueba el tesón de Odiseo en el viaje de vuelta a Ítaca: su patria, su casa y el lugar donde le esperan su mujer y su hijo.

Pérez Navarro (guión) y Martín Saurí (dibujo) adaptan en esta magnífica obra, el poema épico griego más famoso de todos los tiempos. Atribuida su autoría a Homero, y realizada hacia el siglo VIII a.C., "La Odisea" nos cuenta las vicisitudes del rey de Ítaca, Ulises/Odiseo, durante su regreso a casa, tras finalizar los diez largos años de la guerra de Troya.

El poema, compuesto por 24 cantos, abarca una amplia geografía, desde Asia Menor (o la Península de Anatolia, actual Turquía), donde se cree estaba situada la ciudad amurallada de Troya, hasta la parte más occidental de Grecia, en la isla de Ítaca. A través de estos territorios, Ulises intentará, con su astucia e inteligencia, desafiar a los dioses (principalmente a Poseidón) o ponerse de su parte (Atenea), para regresar de nuevo al lado de su esposa Penélope y su hijo Telémaco que, con la ausencia de su esposo, deberá hacer frente a todo tipo de pretendientes al trono.

De esta manera, la historia empieza "in media res", es decir, en mitad de la historia, cuando Ulises llega a la corte de Alcinoo, rey de los feacios, ya casi al final de su eterno viaje, y narra todos los inconvenientes y sufrimientos que ha padecido hasta llegar allí. Veamos cuáles son los episodios escogidos por los autores para confeccionar el cómic, agrupados en dos partes partes: "El regreso de Odiseo" y "La venganza de Odiseo".

  1. Canto VI: Mientras Nausicaa, hija de Alcinoo, descansa y juega con sus esclavas a orillas del río, llega Ulises. Ésta, dispuesta a ayudarle, le indica la dirección hacia el palacio del rey para pedir auxilio en su regreso a casa.
  2. Canto VII-VIII: Ulises es recibido por la corte e invitado a un banquete. Durante su transcurso, un aedo, Demódoco, recita y canta las andanzas de los héroes de la guerra de Troya; hasta que Ulises, emocionado, rompe a llorar y desvela su identidad.
  3. Canto IX: Ulises empieza a relatar él mismo su historia. Se inicia con los Lotófagos, un pueblo que se nutría con las flores de loto; hasta llegar a la tierra de los cíclopes, dónde Ulises ciega a Polifemo para poder escapar de sus garras. Como consecuencia de este hecho, Poseidón se enfurece de tal manera que decide castigar a Ulises, perdiéndole por la vastedad de los mares.
  4. Canto X: La tripulación llega a la isla Eolia, donde reside Eolo, dios de los vientos. Éste le entrega una bolsa que contenía todos los vientos, con la condición de no abrirla hasta haber regresado a casa. Pero sus compañeros, deseosos de saber qué contenía, abrieron la bolsa creando tal tormenta que los alejó de nuevo, lejos de su patria. A continuación, llegan a la isla de los Lestrigiones, unos gigantes que devoran a casi toda la tripulación. Huyendo de allí, arriban hasta Circe, una hechicera que convertía en animales a todos sus enemigos. Ésta se enamoró de Ulises y le retuvo un año, hasta que, apenada por no poder mantenerlo a su lado, le indica un camino de regreso a su patria: tendría que bajar primero a los infiernos y hablar con Tiresias.
  5. Canto XI: Ulises llega al Hades y se encuentra con su madre y otros héroes caídos en la guerra de Troya. Adentrándose aún más por horrorosos caminos, encuentra a Tiresias, el ciego adivino, que le profetiza un difícil regreso a casa.
  6. Canto XII: De vuelta al mar, Ulises debe enfrentarse a las Sirenas, híbridos de mujer y ave, cuyo canto enloquecía a los viajeros; atado al mástil del barco, el héroe no sucumbió a sus deliciosas voces. A continuación, tuvo que hacer frente a Caribdis y Escila, dos monstruos marinos que habitaban un estrecho paso rocoso. Aunque mermó parte de la tripulación, consiguieron llegar hasta la isla del dios sol; allí les impusieron la condición de no sacrificar a los animales, pero los marineros, que llevaban días sin comer, sucumbieron a la tentación, provocando la cólera de Helios. De nuevo en el mar, se desencadenó una gran tormenta de la que sólo sobrevivió Ulises. Finalmente, llegó ante Calipso, donde permaneció siete años.
  7. Canto XIII-XIV: Mientras tanto Ulises termina su relato ante los feacios y éstos le ayudan a volver a su hogar. Una vez llegado a Ítaca, Atenea disfraza a Ulises de vagabundo para pasar desapercibido en la corte y vengarse de los intrusos que la acechan. Cuenta con la ayuda de Eumeo, el porquerizo y fiel amigo de Ulises.
  8. Canto XV-XVI: Telémaco llega a la modesta casa del porquerizo y Ulises le revela su identidad. Juntos planean la venganza y la destrucción de los pretendientes.
  9. Canto XVII-XVIII: Ulises se infiltra en la corte como mendigo y es humillado por los pretendientes al pedir caridad.
  10. Canto XIX-XX: La esclava Euriclea baña al mendigo por orden de Penélope, y se da cuenta de su identidad gracias a una cicatriz que un jabalí le hizo durante su juventud. Ésta guarda silencio para que su rey pueda llevar a cabo su venganza.
  11. Canto XXI-XXII: Penélope jura que se casará con el pretendiente que logre lanzar una flecha con el arco de Ulises, pero ninguno consigue tensarlo. Así es como se le permite al supuesto mendigo intentarlo. Ante el asombro de todos, lo consigue con suma facilidad y se prepara para derrotarlos. Empieza la matanza.
  12. Canto XXIII: Penélope reconoce a Ulises tras recordar éste como hizo su lecho conyugal.
Cabe destacar, que "La Odisea" de Pérez Navarro y Martín Saurí, no adapta la "Telemaquia", es decir, los cuatro primeros cantos dedicados a Telémaco, donde se describe la situación de Ítaca en ausencia de su rey; y cómo, a consecuencia de los abusos de los pretendientes, el heredero se vé obligado a emprender un viaje en busca de su padre.

Por otra parte, el cómic se publicó con inconvenientes en la revista Heavy Metal en 1983. En España llegaría con posterioridad, publicada por entregas en Comix Internacional, hasta que Planeta de Agostini la recopiló no hace mucho tiempo. Por suerte, el año pasado, a raíz de éxitos como el "300" de Frank Miller, Norma Editorial sacó una edición especial, conmemorando su 25 aniversario, la cual permite deleitarnos ante las belleza de las imágenes. Realmente, "La Odisea" me ha parecido casi una obra maestra. Lo que más me ha gustado ha sido, por supuesto, el dibujo: elaborado, preciosista, épico, clásico e incluso barroco y recargado. Los rostros tienen personalidad, energía y una fuerte expresión. Es posible que muchos piensen que tiene demasiada carga erótica, innecesaria quizá, y poco realista, por otra parte. Y es cierto que las mujeres son voluptuosas y muy femeninas; presentadas solamente como objeto sexual. Así como Ulises, el héroe por excelencia, debía ser intrépido, atrevido y atractivo.

Para mí, este dibujo es una maravilla; el blanco y negro, y los claroscuros, y el diseño y la ambientación son fascinantes, aunque sean sacados de la imaginación de sus autores. Supongo que ésto es lo que también me gusta, que nos han presentado su visión particular de "La Odisea" (como hacen la mayoría de autores que adaptan obras literarias), llena de leyenda y fantasía.

Finalmente, la tarea de Pérez Navarro al guión también me ha parecido soberbia, aunque quizá un tanto inferior, pues adaptar "La Odisea" en 68 páginas no es tarea fácil. Se nota que han tenido que seleccionar las partes más interesantes del libro y sobre todo intentar dar una imagen coherente de todo ello para no perder el hilo de la narración. De todas maneras, es un cómic excelente que desprende belleza continuamente. Se nota que es una obra planeada y elaborada minuciosamente, para ser contemplada y disfrutada sin prisas.

  • Para más información:
Título: La Odisea
Guión: Francisco Pérez Navarro
Dibujo: Josep María Martín Saurí
Formato: Cartoné, 68 páginas, blanco y negro
Editorial: Norma Editorial
Precio: 16€


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Entre lo sagrado y lo profano. El Renacimiento en Prato.

10/08/2008 Beldz 0 Comments


Título: Entre lo sagrado y lo profano. El Renacimiento en Prato
Lugar: CaixaForum, Barcelona
Fecha: Del 19/06 al 28/09 del 2008


"La exposición "Entre lo sagrado y lo profano. El Renacimiento en Prato" presenta una selección de 59 obras maestras. Los lienzos provienen del Museo Civico di Prato, que, gracias a la restauración y adecuación museística del Palazzo Pretorio, quiere dar la oportunidad de contemplar sus tesoros fuera de su contexto habitual. Comisariada por Maria Pia Mannini y Cristina Gnoni Mavarelli ofrece un recorrido por la pintura, en tiempos del famoso mercader de Prato Francesco di Marco Datini, durante la época dorada de su actividad económica -entre mediados del siglo XIV e inicios del siglo XV- hasta llegar a los mecenazgos de los Médici, repasar los ejemplos más importantes de la pintura del Seicento y las obras del Settecento influidas por maestros del Renacimiento más alejados. Y es que la cultura artística de Prato es extremadamente variada y está marcada por la presencia de importantes talleres que consiguieron dejar una profunda huella en las generaciones de artistas que se sucedieron a lo largo de los siglos. El recorrido sigue una secuencia cronológica que parte del siglo XIV con una predela de cinco plafones que representa, en siete escenas pintadas por Bernardo Daddi, las historias del Cíngulo sagrado, la importante reliquia de Corsino conservada en la catedral de Prato, símbolo de la comunidad civil y religiosa de la ciudad."

Partiendo de esta atrayente premisa fui a ver la exposición pocos días antes de su cierre. Mis conocimientos sobre esta determinada época tienden a ser bastante limitados, pues no es mi especialidad ni mi interés principal, pero al saber que se exponían obras de Fra Filippo Lippi, alguna que otra de Donatello y, para que engañarnos, siendo una exposición gratuita, sólo quedaba una opción: sacar tiempo para visitarla.

La exposición se centraba en los "tesoros" o obras maestras del museo Cívico de la ciudad de Prato, localidad situada en la Toscana, cerca de Florencia. Como sabemos, esta región vivió el resurgimiento de una cultura clásica, interrumpida por la Edad Media, que provocó un florecimiento de las artes, principalmente en Roma, Florencia, Venecia y Siena, entre otras. Una de ellas, entonces, fue Prato; ¿qué nos dicen de esta localidad?: "fue precisamente en esta época que tenemos que asociar la prosperidad de los campos, con la construcción de villas y de castillos por parte de las familias nobles, la introducción de sistemas innovadores de cultivo y el desarrollo de la industria y del comercio, especialmente de los tejidos de lana. En este sentido Prato fue uno de los centros más activos y prematuros. El gran crecimiento de las actividades industriales y comerciales significó el renacimiento de las diferentes artes, de la literatura a la poesía, de la pintura a la escultura, de la arquitectura a la física, al teatro, etc."

Y cierto es que Prato nos ha legado un arte precioso. Por ejemplo, el "Castillo del Emperador", construido entre 1242 y 1248 por Riccardo da Lentini por encargo de Federico II, es el único ejemplo de arquitectura sueva que hay en la Italia central. Con 8 torres y de planta cuadrada, fue pensado para ser su residencia imperial. Otro monumento destacado es el "Palazzo Datini", la residencia del famoso mercader Francesco di Marco Datini, que alberga actualmente el Archivo del Estado y el Archivo de Francesco Datini. Es de especial importancia, la "Catedral di San Stefano", un ejemplo de arquitectura religiosa del período románico-gótico (siglos XII-XIV). En su interior se encuentran numerosas obras, entre las cuales destacan los frescos de Fra Filippo Lippi y el púlpito exterior de Donatello y Michelozzo Michelozzi. Así como la "Basílica di Santa Maria delle Carceri" que, tal y como indica el nombre, fue construida sobre los restos de una antigua prisión. El proyecto fue diseñado por Giuliano da Sangallo según el deseo de Lorenzo el Magnífico.

En este contexto, que por supuesto es mucho más amplio de lo que yo he presentado anteriormente, se sitúa la exposición y las obras expuestas. Como introducción, habían siete escenas pintadas por Bernardo Daddi, llamadas las historias del Cíngulo. Se dice que el Cíngulo era un cinturón usado por la Virgen María durante su Asunción y entregado a Santo Tomás; hasta que en el siglo XII llegó a Prato y la convirtió en una de sus más preciadas reliquias. Nos sumergimos de lleno en el Quattrocento al llegar a la primera sala; "La natividad entre San Jorge y San Vicente Ferrer" de Fra Filippo Lippi y Fra Diamante, "La Virgen en su trono entre los santos Jeronio, Francisco, Antonio de Padua y Luís de Tolosa" de Francesco Botticini, el "políptico" de Lorenzo Mónaco, o diversas obras más de Filippo Lippi, como "La Anunciación en presencia de San Giuliano", son las más destacadas.

Entre la primera y la segunda sala, nos deleitaron con diversos tabernáculos de vírgenes con el niño, hechos especialmente para la devoción privada, de los que destacaba principalmente la talla de Donatello. A continuación, nos adentramos en la zona dedicada al Cinquecento: "y, en concreto, vemos las pinturas relacionadas más directamente con el mecenazgo de una clase dirigente que siempre fue muy activa y estuvo muy presente en la cultura toscana, ejemplificado en el mercader Francesco di Marco Datini, recordado para la posteridad en la imponente pintura de Ludovico Buti, o en la familia Médici, de la cual se expone el escudo de armas hecho por Giovanni Maria Butteri, y los retratos de "Francesco de Médici" y "Fernando I de Médici", de los artistas Maso da San Friano y Santi di Tito, respectivamente".

En la sala siguiente, podíamos ver, de manera notable, el cambio formal respecto a las obras anteriores, pues en el Seicento se da un proceso hacia una representación más naturalista mediante el uso de claroscuros y focos de luz, muy utilizado por los seguidores de Caravaggio. Destacaba el "Noli me tangere" de Battistello y diversas obras de Gherardo Honthorst. A continuación, y ya para terminar, la última sala dedicada al Settecento, donde había grandes lienzos en los que destacaba el "estudio de los efectos de la luz artificial en los rostros y las figuras, influidos por la Ilustración y las nuevas ciencias de la visión", como en "La gloria de Santa Catalina de Alejandría" de Francesco Conti. El recorrido terminaba con una obra, "Las exequias de San Esteban", de Alessandro Ferrarrini, ya del siglo XIX, que homenajeaba directamente a Fra Filippo Lippi.

Imágenes:

- "La Natividad", de Fra Filippo Lippi y Fra Diamante
- El Castillo del Emperador
- El Palazzo Datini
- La Cattedrale di San Stefano
- "Anunciación con San Giuliano", de Fra Filippo Lippi
- "Gloria de Santa Catalina de Alejandría", de Francesco Conti


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La antigua ciudad hanseática de Novgorod

9/10/2008 Beldz 3 Comments


Novgorod
, perteneciente actualmente a la Federación Rusa y situada a escasos 155 km al sur de San Petersburgo, fue durante la Edad Media una ciudad mercantil que propició su inclusión en la "Liga Hanseática", asociación de ciudades comerciales del norte de Alemania fundada en el siglo XII y ampliada posteriormente hacia las regiones de Escandinavia y la actual Rusia. Novgorod mantenía, entonces, contactos mercantes debido a su situación estratégica entre el interior de Rusia y los pueblos septentrionales de Europa: se levantaba al norte del lago Ilmen, a orillas del río Voljov (Volga), que se comunica con el Ladoga. Para desarrollar su comercio utilizaba tanto el curso del Volga como el del Dniéper, por lo que también mantenía estrechos contactos con los pueblos helenos del Imperio bizantino, de los que recibió importantes influencias culturales.

Fundación y desarrollo en época medieval

Los primeros pobladores de "Novgorod, la grande", como también se llamaría posteriormente, fueron vikingos procedentes de Escandinavia (o varegos), que estableciero
n en este lugar un punto de apoyo para sus incursiones comerciales hacia el este, imponiéndose sobre la población indígena eslava. Recordemos que los vikingos utilizaban los cursos de los ríos principales y sus afluentes para penetrar en las regiones más internas y así sorprender a sus habitantes, que no esperaban una incursión de este tipo.

Más tarde, Novgorod quedó bajo el dominio de los príncipes de Kiev (actualmente en Ucrania), pero en el siglo XII se independizaron de ellos y se constituyer
on en república mercantil, siendo el cargo de gobernante de elección y no hereditario. Este régimen republicano de Novgorod fue muy provechoso para su actividad comercial, permitiendo dominar un amplio territorio que se extendía desde los montes Urales hasta el mar Blanco, entrante que se prolonga a partir del mar de Barents, al norte de los países Escandinavos. El modo de funcionamiento de la ciudad propició que en ese mismo siglo entrara a formar parte de la "Liga Hanseática", con lo cual vio garantizadas sus actividades mercantiles. La invasión de los mongoles en el siglo XIII, aunque no afectó directamente a la ciudad, tuvo repercusiones en su comercio, que se resintió varios años. Cabe destacar que la misma invasión destruyó por completo la ciudad de Kiev en 1240 que, por aquel entonces, era una de las ciudades más importantes del continente.


Iván III, príncipe de Moscú, se anexionó la ciudad en 1478 y, dentro de su política centralizadora, suprimió, en 1494, los establecimientos hanseáticos, lo que provocó la retirada de los comerciantes alemanes y el inicio del declive económico. La situación provocó el descontento y la alianza con los gobernantes polacos, situación que se prolongó hasta 1570, cuando Iván IV el Terrible organizó una expedición de castigo contra la urbe, arruinándola definitivamente.

Conjuntos históricos

Novgorod, que es una de las ciudades más antiguas de Rusia, fue también un gran centro cultural. Fueron famoso
s sus iconos (representación o imagen simbólica de la divinidad), caracterizados por su sencillez e intensidad de colores, así como la arquitectura religiosa que se desarrolló en sus entornos, pues en el siglo X, Novgorod adoptó el Cristianismo Ortodoxo. Aunque se conservan varias iglesias pequeñas, de la segunda mitad del siglo XII, la ciudad posee hoy diversas catedrales y un magnífico Kremlin que paso a describir a continuación:

Construida a mediados del siglo XI, la catedral de Santa Sofía se convirtió en la iglesia de piedra más antigua de Rusia, ya que ésta se edificó o reemplazó otra de madera construida a finales del siglo X. Patrocinada por Vladimir de Novgorod, sus muros se levantaron de nuevo en el interior del recinto amurallado, en el Kremlin, constituyendo así un templo de forma cúbica rematado por cinco cúpulas doradas y plateadas, características que fueron típicas del arte religioso-arquitectónico de Rusia.

Esta zona amurallada fue el centro neurálgico religioso de la ciudad, y recibió el nombre de "Dietinets", el nombre antiguo del Kremlin de Novgorod. En sus inicios, fue una empalizada de madera que rodeaba un cementerio pagano y la iglesia de Santa Sofía, pero en el 1312, y en fechas posteriores, esta ciudadela de forma elíptica se amplió y reformó hasta incorporar muros de piedra, nueve torres y dos puertas de entrada. Dentro del recinto también se construyó el palacio arzobispal (1433) y las iglesias de San Andrés y Santa Maria, las dos del siglo XV. Actualmente, alberga el museo de Novgorod y la biblioteca regional.

Fuera de la fortaleza del Kremlin se levanta la catedral de San Jorge, del siglo XII, situada en el monasterio de Yurievski, cubierta con tres cúpulas asimétricas y flanqueada por dos torres; la catedral de San Nicolás Taumaturgo (1113), de planta cúbica, con tres ábsides y una única cúpula; y las iglesias de influencia alemana dedicadas a san Teodoro (1360) y a la Transfiguración (1374). Entre los edificios civiles sobresale el palacio de la Nobleza y el palacio de Caterina II.


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Cerrado por vacaciones

7/29/2008 Beldz 3 Comments


Tal y como dice el título, me voy de vacaciones hasta finales de agosto, así que durante este mes no actualizaré el blog, ya que allí a dónde voy no hay internet. ¡Espero que todos los que os pasáis por aquí alguna que otra vez tengáis unas buenas vacaciones!

Os dejo con una imagen del castillo de Duart, situado en la isla de Mull (Escocia), que pertenece desde hace generaciones al antiguo clan MacLean; espero que os guste.


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II Certamen de Blogs Sediciosos: RESULTADOS

7/24/2008 Beldz 11 Comments


La página web dedicada a la literatura fantástica, de terror y de ciencia ficción, www.sedice.com, convocó hace poco tiempo el segundo certamen de blogs "sediciosos", apuntándose todos aquellos blogs que cumplían el requisito requerido. "A Young Knight Travel" se presentó en la categoría de mejor blog personal y quedó en primera posición. Desde aquí, quiero agradecer a todos aquellos que me votaron e hicieron posible que mi blog ganara en su categoría. A continuación, podéis ver el resultado de las votaciones:

Mejor bitácora de género fantástico:
26 puntos: Más cuento que calleja
17 puntos: Rescepto indablog
15 puntos: Adalides
11 puntos: Ovelles elèctriques
10 puntos: Casi todos los colores de la oscuridad
9 puntos: Rojo fuego de la sangre
8 puntos: Crónicas de Drashur
7 puntos: Cuentos des de el averno
7 puntos: Los secretos de la rosa
4 puntos: Las letras dormidas
3 puntos: Letras para soñar
3 puntos: El mundo según Ysondra

Mejor bitácora de autor
22 puntos: Más cuento que calleja
13 puntos: Storm lands
11 puntos: Aprendiz de creador
11 puntos: Cuentos des de el averno
9 puntos: Películas y libros míticos
9 puntos: Rescepto indablog
8 puntos: The Transgenic Writer
7 puntos: Crónicas desde Drashur
4 puntos: Los secretos de la rosa
4 puntos: El blog de Laura Quijano
3 puntos: Stiletto
3 puntos: Las letras dormidas
2 puntos: Los amigos de Peter Pan
2 puntos: Bocetos literarios
2 puntos: Letras para soñar
2 puntos: El mundo según Ysondra
2 puntos: Ovelles elèctriques

Mejor bitácora personal
19 puntos: A Young Knight Travel
14 puntos: A place to call my own
11 puntos: Vagabundeo resplandeciente
10 puntos: Freak, ¿yo? Sí, y con mucha honra
9 puntos: Películas y libros míticos
8 puntos: Cosetes sense importància
8 puntos: El ojo del cuervo
6 puntos: El mundo según Ysondra
5 puntos: Aprendiz de creador
4 puntos: Mi mundo como escritora
4 puntos: Más cuento que calleja
4 puntos: La vieja raza
3 puntos: Bocetos literarios
3 puntos: El posalibros
3 puntos: Los secretos de la rosa
3 puntos: Rojo Fuego de la Sangre

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Parsifal, de Richard Wagner (III)

7/15/2008 Beldz 2 Comments


Conclusión


Como en todas las otras óperas predecesoras del "Parsifal", ésta también posee los motivos conductores tan característicos en la obra de Wagner. Los leitmotivs, que ya se empezaron a notar (aunque sin desarrollarlos tan acusadamente ni bajo este nombre tan específico, atribuido solamente al compositor alemán) en Carl Maria von Weber, reputado compositor muy admirado por Wagner, eran unos motivos que "ayudaban" a identificar musicalmente ciertos pasajes de las escenas. En este caso, la interrelación y las transformaciones de los motivos o leitmotivs es bastante complicada, pues no son fáciles de percibir.

Leitmotivs

Uno de los primeros motivos, que ya encontramos en el preludio o introducción, es el tema de la última cena. El preludio se inicia con este leitmotiv interpretado por violines, violoncelos, un fagot, un clarinete y un cuerno inglés. Dentro de este motivo se derivan otros, como el motivo de la herida y el motivo de la lanza.

A continuación, se constituyen unos nuevos temas: son el tema del Grial, que está formado por una melodía ascendente, el tema de la Fe, y el motivo del tormento de los pecados, que describe muy bien el dolor que hace decaer la moral de Amfortas, haciéndole desear la muerte que él concibe como único medio para evitar la prolongación de su sufrimiento. El tema de la última cena expresa claramente el misticismo. Los temas más dolorosos suenan más mesurados sin que ese vaya en detrimento de la efectividad dramática. Por ejemplo, los temas del Grial y de la Fe demuestran las fuerzas que moverán al protagonista de la ópera y, aunque su desarrollo parezca cerrado, hace pensar que aluden también al estado de la Hermandad del Grial, incapaz de avanzar sin los efectos del Grial.

En el "Parsifal", el vocabulario musical ha sido reducido a unos veinte motivos diferentes, y a través de combinaciones y encadenamientos, acentúan los efectos dramático-musicales. Además, los diversos temas, como por ejemplo el tema de Parsifal, van modificándose con cada variación anímica del protagonista. Los leitmotivs no han de quedar, tampoco, como una simple acumulación de motivos, sino que constituyen la obra de arte total que abarca desde las primeras notas de un tema hasta la fórmula que condensa el significado.

Finalmente, "Parsifal" fue estrenada en el Teatro de Bayreuth el 26 de julio de 1882. Después de la muerte de Wagner, la ópera empezó a representarse en los teatros alemanes y extranjeros, que se esforzaron en ser los primeros en ofrecer al público esta magnífica ópera.


Para más información:
- Parte de la información está basada en el libro:
Wagner, Richard: "
Parsifal. Festival escénico sacro [libreto]. Prólogo de Josep Soler", Libros del innombrable, Zaragoza, 1999.

Bibliografía:

- Bauer, H.J: "
Guía de Richard Wagner", 2 vols., Alianza Editorial, Madrid, 1996.
- Gregor-Dellin, M: "
Richard Wagner: su vida, su obra, su siglo", 2 vols., Alianza Editorial, Madrid, 1983.
- Chamberlain, H.S: "
El drama wagneriano", Nuevo Arte Thor, Barcelona, 1980.

Ilustraciones extraídas de:
Richard Wagner Postkarten


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Parsifal, de Richard Wagner (II)

7/10/2008 Beldz 0 Comments


Wagner aprovechó, del poema de Wolfram von Eschenbach, la acción predominante de las fuerzas morales, que principalmente descansan en la pasión pura y compasiva de Parsifal; a pesar de esto, introduce en su carácter un ascetismo que no concuerda con las versiones de Chrétien de Troyes ni del antes mencionado Wolfram von Eschenbach, donde el espíritu del héroe se impurifica en aventuras amorosas, ajenas al instinto de castidad con que Wagner lo concibe para su propósito simbólico. Partiendo de estas premisas, Wagner construyó su Parsifal y toda la simbología que lo envolvería. Veámoslo desde el punto de vista de cada personaje.

Simbología

Gurnemanz, el fiel servidor de Titurel, es el guía, el sabio y la voz de la tradición. Todo el mundo ignora cuál es la cura para la herida de Amfortas, excepto él, que parece haber intuido las palabras del oráculo. En la época medieval, aunque sobre todo en la Antigüedad, era frecuente la consulta del oráculo; éste, a través de misteriosas palabras que tenían que ser interpretadas, vaticinaba el futuro y respondía a todo aquello que le preguntaban. En este caso, "el sapiente por la compasión, el puro inocente, espéralo, es mi elegido" fueron las palabras escogidas por el oráculo al ser preguntado por la herida de Amfortas. Esta herida es el símbolo del pecado y de la caducidad de los hombres; es un símbolo de los remordimientos que el rey tiene de los pecados que cometió al dejarse seducir por una doncella. Su salvador ha de ser un hombre capaz, por la inocencia de su alma, de albergar el sentimiento de la compasión, fuente de la sabiduría verdadera.

Titurel es la voz del pasado, la voz que recuerda los deberes tradicionales a los caballeros de la Orden. Titurel es la Fe en su forma originaria. A él le fueron confiadas por Dios las reliquias sagradas; el Grial, que es fuente de vida y de amor; y la Lanza, el emblema de la pureza y la inocencia. Estas armas son la defensa contra la ambición y las maldades de Klingsor. Titurel combatía las malas artes del mago a partir de la Fe, el Amor y la Pureza, consciente de los peligros carnales. Pero Titurel también simboliza la perseverancia en la Fe y en el ejercicio de la misión sagrada cuando el reinado de Amfortas empieza a decaer. Por otra parte, Klingsor es la nueva encarnación de Alberich, que con el robo del oro del Rhin y la renuncia del amor, inauguró los males de todos los hombres y de todos los dioses. Klingsor quiere renunciar al amor impuro para conquistar el Grial; pero eso no es ninguna virtud, sino ambición. Con la mutilación, se hace aún más indigno de los beneficios del amor puro, ya que simboliza una blasfemia contra la naturaleza y la creación. La maldición le da el poder, la venganza, y por eso construye un castillo poblado de ninfas seductoras y llenas de lascivia. El paralelismo es claro: El Grial y el Oro del Rhin (fuentes de vida), Alberich y Klingsor (el robo y la profanación).

Para Amfortas, el Grial se ha vuelto una tortura. El Grial es vida, pero para el rey sólo es una prolongación del sufrimiento, porque cada vez que descubre el Grial, éste le alarga la vida. Amfortas desconfía de la salvación terrenal, no espera una liberación, sino la muerte, y al buscar la muerte se aleja de su misión. La privación del Grial, que es fuente de vida, acelera la muerte de Titurel y las ceremonias del Grial se vuelven un tormento porque Amfortas reniega de su trabajo. A todo esto, se le suman los Caballeros del Grial, dedicados a la conservación y protección de la reliquia sagrada, que van decayendo al no poder contemplarlo.

Por lo que respecta a Parsifal, Gurnemanz lo reconoce como un inocente. Parsifal, cuando contempla el Grial, siente una compasión infinita que le priva del habla y del movimiento; él es el escogido. Parsifal reconquistará la Lanza sagrada, la virtud perdida, para restituir la hermandad del Grial y curar la herida del rey. En este entramado se ve implicada Kundry, que posee una doble naturaleza. Klingsor la arrastra contra su voluntad y ella se rebela, pero el mago le inspira tanto temor que le tiene que obedecer por fuerza. La chica tiene que seducir al joven caballero puro y de esta intención se establece otro claro paralelismo: Klingsor, Kundry y Parsifal son como Eva, Adán y la serpiente del origen de la humanidad cristiana. Kundry ya no es ahora la mujer vestida de penitente sino la belleza femenina en todo su poder; pero Parsifal no se deja vencer por la tentación. El beso que le da Kundry, sólo le evoca un sentimiento de compasión por el recuerdo del rey, y la insistencia de Kundry para que sucumba al pecado, intensifica la misión salvadora de Parsifal. Kundry no es otra que la belleza pervertida por el espíritu del mal. Finalmente, Parsifal destruye el poder maléfico de Klingsor. La Lanza en manos del mago es la virtud profanada, pero en manos de Parsifal es la salvación.

Para redondear la simbología, Wagner pone en la figura de Parsifal la esperanza de la redención de la humanidad, porque la sociedad corrompió todos los dones de la creación. En Parsifal se encuentra la redención en su grado más alto que culmina en el tercer acto, dónde se produce el desenlace del Arte y la Belleza. El niño inocente ha triunfado y ha recuperado el poder, que culmina en el coronamiento de su misión en el reino del Grial. Concluye el desenlace de un proceso espiritual salvador de la humanidad; es la idea de la redención del mundo a través de la compasión, representada por el poder del misterio cristiano de la salvación.


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Parsifal, de Richard Wagner (I)

6/17/2008 Beldz 2 Comments


"Parsifal" es una ópera en tres actos compuesta por Richard Wagner e influenciada por el poema épico medieval "Parzival" de Wolfram von Eschenbach. Este autor del siglo XIII se basó en el romance inconcluso de Chrétien de Troyes, "El Cuento del Grial", para componer un nuevo poema de las aventuras del joven caballero que consigue conquistar el reino del Grial. La intención más clara que se desprende de estas narraciones es, principalmente, la realización de un programa para la educación del perfecto caballero y el de un viaje iniciático que empieza en la más absoluta ignorancia y culmina en la unión mística con la divinidad. Efectivamente, Parzival, educado al margen de la sociedad, es totalmente inexperto e ingenuo, pero la experiencia y la fe lo convierten en el modelo cristiano por excelencia.

"Parsifal" es, pues, la última obra de Richard Wagner y la más profunda que compuso. La idea principal, "Redención del Redentor", ya había sido moldeada en obras anteriores, pero aquí fue llevada a su máxima expresión, situando el marco ideal en el cristianismo medieval y el mundo místico del Santo Grial. Con "Parsifal", Wagner llegó a la culminación de su obra dramática y a la culminación de su ideario, pero al mismo tiempo, le llevó a romper sus relaciones con Friedrich Nietzsche. El famoso filósofo había escrito acerca del "Anticristo" y la última obra de Richard Wagner simbolizaba, precisamente, todo lo contrario.

Argumento

El lugar de la acción se sitúa en los dominios del castillo de Montsalvat, en las montañas septentrionales de la España gótica. Gurnemanz, antiguo caballero del Grial y escudero de Amfortas, espera la llegada de su señor, pues lo llevan al río para aliviar sus heridas. Él sabe que sólo una cosa puede curarlo: el elegido. A continuación, aparece Kundry, una mujer sometida a los hechizos de Klingsor y que, por orden suya, seduce a los caballeros del Grial para llevarlos a la perdición. En su presencia, Gurnemanz cuenta a los escuderos más jóvenes la historia de Titurel, padre de Amfortas, el nuevo señor de Montsalvat. Aconteció que un día, Dios le entregó a Titurel las reliquias sagradas, es decir, el Cáliz empleado en la Última Cena, y la Lanza de Longinos. Para salvaguardarlas, Titurel construyó el castillo de Montsalvat y organizó una orden de caballeros para custodiarlas; sólo al hombre puro se le permitía unirse a la "Hermandad del Grial". Klingsor perteneció una vez a la orden, pero incapaz de controlar sus impulsos se castró a sí mismo y fue expulsado. El mago quiso expiar sus faltas, pero la impotencia de acabar con el pecado de su alma, hizo nacer en él la venganza. Entonces, construyó un castillo y un jardín repleto de placeres, donde había mujeres bellas y diabólicas que seducían a los caballeros para robarles la pureza. Cuando Amfortas recibió el reinado de manos de su padre Titurel, quiso combatir a Klingsor para poner fin a este hechizo, pero él también sucumbió a manos de una bella doncella, Kundry. La Lanza fue robada por Klingsor, el cual hirió a Amfortas con ella, provocándole una herida que solo la propia Lanza puede curar. Todos aquellos que intentaron recuperarla sucumbieron.

En ese mismo instante, unos gritos llegan desde el lago. Un cisne, animal sagrado en aquella región, ha sido muerto por un joven que se aproximaba. Es Parsifal, que se entera, por boca de Kundry, que su madre Herzeleide ha muerto por el abandono de su hijo. Parsifal se abalanza sobre Kundry encolerizado, pero Gurnemanz lo detiene al instante y le incita a que los acompañe al castillo de Montsalvat para presenciar las maravillas del Grial. Una vez allí, Parsifal queda extasiado ante tanta belleza, que no es capaz de pronunciar palabra. Ante este hecho, Gurnemanz le considera un necio y lo echa del castillo.

Parsifal llega entonces a la morada de Klingsor y se interna en el jardín de los placeres, donde las ninfas le rodean para seducirle; pero el joven caballero no cae en la tentación. Por este motivo, Klingsor ordena a Kundry que le incite al pecado y ella, en contra de su voluntad, medio hechizada, intenta arrebatar la pureza de Parsifal. Finalmente, éste la repudia y Kundry, al sentirse plenamente despreciada, maldice todos los caminos del mundo para que se cierren ante él. En ese mismo instante, aparece Klingsor con la Lanza sagrada y Parsifal consigue robarla, destruyendo así el castillo.

Unos años más tarde, nos situamos en los dominios del Grial. Es primavera y Gurnemanz vive como ermitaño en una bonita floresta cerca de un lago. Un lamento llama su atención; es Kundry arrepentida de todos sus pecados anteriores. Mientras Gurnemanz intenta reanimarla, ven acercarse un caballero con armadura negra y una lanza, el cual empieza a rezar. Al instante, Gurnemanz reconoce al caballero que mató al cisne hace mucho tiempo, y la Lanza sagrada que lleva consigo. Parsifal le cuenta que fue presa de una maldición y que por mucho interés que ponía en llegar a Montsalvat, los caminos siempre le hacían vagar en otra dirección. Gurnemanz, afligido, le cuenta que Amfortas se rebeló contra su herida y contra los suplicios de su alma, deseando solamente morir. Ya no se producen las ceremonias del Grial, ya que sin el cáliz, que es fuente de vida, Amfortas podría morir y poner fin a sus tormentos. Precisamente por el hecho de que el Grial hace tiempo que no es exhibido, ha muerto su padre Titurel. Parsifal, con intenso dolor, se cree causa de tanta aflicción y exhausto, está apunto de faceller. Entonces, Gurnemanz y Kundry lo conducen hasta la fuente para reanimarlo, y la mujer le lava los pies, secándolos con su cabello; Gurnemanz lo bendice, lavándolo de las impurezas de su larga peregrinación. De esta manera, Parsifal se convierte en rey, tal y como fue profetizado.

A continuación, los tres se dirigen al funeral de Titurel. Amfortas se lamenta y se niega a celebrar el oficio sagrado; su herida sangra, incurable, pero los caballeros le incitan a mostrar el Grial, pues la orden también ha empezado a sucumbir al no poder contemplar el cáliz sagrado. En ese mismo instante, Parsifal se descubre ante la multitud tocando con la Lanza sagrada la herida sangrante de Amfortas. Sólo la misma Lanza que abrió la herida podía volver a cerrarla. Parsifal se declara entonces guardián del Grial y lo extrae del arca. El cáliz se ilumina y extiende sobre todos los presentes una aura de gloria, y de la cúpula desciende una paloma que se postra en la cabeza de Parsifal, mientras todos se arrodillan ante él para rendirle homenaje.


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