La fotografía, por Charles Baudelaire

7/19/2011 Beldz 4 Comments


Charles Baudelaire (1821-1867),
a parte de poeta, fue crítico de arte. Sus escritos sobre arte y sus comentarios sobre algunos de los salones que se llevaban a cabo cada año en la Academia francesa, pueden leerse en una completa edición publicada por Antonio Machado Libros que lleva por título "Salones y otros escritos sobre arte". En el Salón de 1859 (publicado en julio del mismo año en la Revue Française), Baudelaire escribió un capítulo dedicado a la fotografía. La fotografía había nacido en Francia hacia 1839, gracias a la invención del daguerrotipo. Con este sistema, que consistía en la obtención de la imagen deseada sobre una superficie de plata pulida, empezó a difundirse, y a perfeccionarse, esa nueva manera de mostrar la realidad. ¿Qué representó la fotografía para las demás artes existentes, principalmente para la pintura? Baudelaire se mostró muy crítico con ella y, como muchos de sus contemporáneos, pensó que no podía ser considerada una arte, sino que debía ser su complemento. He aquí sus propias palabras:

En esos días deplorables, una industria nueva se dio a conocer y contribuyó no poco a confirmar la fe en su necedad y a arruinar lo que podía quedar de divino en el espíritu francés. Esta multitud idólatra postulaba un ideal digno de ella y apropiado a su naturaleza, eso por supuesto. En materia de pintura y de estatuaria, el Credo actual de las gentes de mundo, sobre todo en Francia (y no creo que nadie se atreva a afirmar lo contrario), es éste: "Creo en la naturaleza y no creo más que en la naturaleza (hay buenas razones para ello). Creo que el arte es y no puede ser más que la reproducción exacta de la naturaleza (una secta tímida y disidente quiere que se desechen los objetos de naturaleza repugnante, como un orinal o un esqueleto). De este modo, la industria que nos daría un resultado idéntico a la naturaleza sería el arte absoluto". Un Dios vengador ha atendido a los ruegos de esta multitud. Daguerre fue su Mesías. Y entonces se dice: "Puesto que la fotografía nos da todas las garantías deseables de exactitud (eso creen, ¡los insensatos!), el arte es la fotografía". A partir de ese momento, la sociedad inmunda se precipitó, como un solo Narciso, a contemplar su trivial imagen sobre el metal. Una locura, un fanatismo extraordinario se apoderó de todos esos nuevos adoradores del sol. Se produjeron extraños horrores. Asociando y agrupando a truhanes y truhanas, emperifollados como los matarifes y las lavanderas en el Carnaval, rogando a esos héroes que quisieran mantener, durante el tiempo necesario para la operación, su mueca de circunstancia, se deleitaban reproduciendo las escenas, trágicas o graciosas, de la historia antigua. Algún escritor demócrata ha debido encontrar el medio, barato, de difundir entre el pueblo el gusto por la historia y por la pintura, cometiendo así un doble sacrilegio e insultando a un tiempo a la divina pintura y al arte sublime del comediante. Poco tiempo después, millares de ojos ávidos se inclinaban sobre los agujeros del estereóscopo como sobre los tragaluces del infinito. El amor a la obscenidad, que es tan vivaz en el corazón natural del hombre como el amor a sí mismo, no dejó escapar tan buena ocasión de satisfacerse. Y no se diga que los niños que regresaban de la escuela eran los únicos en disfrutar de esas tonterías: suscitaron el entusiasmo de todos. He oído a una hermosa dama, una dama de la buena sociedad, no de la mía, contestar a los que le ocultaban discretamente semejantes imágenes, encargándose así de sentir el pudor en su lugar: "Dénmelo, no hay nada demasiado fuerte para mí". Juro haberlo oído, pero ¿quién me creerá? "¡Ya ven lo que son las grandes damas!" dice Alexandre Dumas. "¡Las hay más grandes todavía!", dice Cazotte.

Como la industria fotográfica era el refugio de todos los pintores fracasados, demasiado poco capacitados o demasiado perezosos para acabar sus estudios, ese universal entusiasmo no sólo ponía de manifiesto el carácter de la ceguera y de la imbecilidad, sino que también tenía el color de la venganza. Que tan estúpida conspiración, en la que se encuentran, como en todas las demás, los embaucadores y los embaucados, pueda triunfar de una manera absoluta, no puedo creerlo, o al menos no quiero creerlo; pero estoy convencido de que los progresos mal aplicados de la fotografía han contribuido mucho, como por otra parte todos los progresos puramente materiales, al empobrecimiento del genio artístico francés, ya tan escaso. Por más que la fatuidad moderna ruja, eructe todos los exabruptos de su tosca personalidad, vomite todos los sofismas indigestos de los que la ha atiborrado hasta la saciedad una filosofía reciente, cae de su peso que la industria, al irrumpir en el arte, se convierte en la más mortal enemiga, y que la confusión de funciones impide cumplir bien ninguna. La poesía y el progreso son dos ambiciosos que se odian con un odio instintivo, y, cuando coinciden en el mismo camino, uno de los dos ha de valerse del otro. Si se permite que la fotografía supla al arte en algunas de sus funciones pronto, gracias a la alianza natural que encontrará en la necedad de la multitud, lo habrá suplantado o totalmente corrompido. Es necesario, por tanto, que cumpla con su verdadero deber, que es el de ser la sirvienta de las ciencias y de las artes, pero la muy humilde sirvienta, lo mismo que la imprenta y la estenografía, que ni han creado ni suplido a la literatura. Que enriquezca rápidamente el álbum del viajero y devuelva a sus ojos la precisión que falte a su memoria, que orne la biblioteca del naturalista, exagere los animales microscópicos, consolide incluso con algunas informaciones las hipótesis del astrónomo; que sea, por último, la secretaria y la libreta de cualquiera que necesite en su profesión de una absoluta exactitud material, hasta ahí tanto mejor. Que salve del olvido las ruinas colgantes, los libros, las estampas y los manuscritos que el tiempo devora, las cosas preciosas cuya forma va a desaparecer y que piden un lugar en los archivos de nuestra memoria, se le agradecerá y aplaudirá. Pero si se le permite invadir el terreno de lo impalpable y de lo imaginario, en particular aquel que sólo vale porque el hombre le añade su alma, entonces ¡ay de nosotros!

Charles Baudelaire
Salones y otros escritos sobre arte
Antonio Machado Libros

pp. 231-233

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John Constable

7/17/2011 Beldz 2 Comments


John Constable
(1776-1837) es uno de mis pintores favoritos. Como algunos sabréis, el paisaje es el género pictórico que más aprecio y el que me produce más satisfacción cuando lo contemplo. Los paisajes de Constable me parecen extraordinarios: transmiten la calma y la belleza de las zonas rurales que se extendían alrededor de la región de Suffolk, Inglaterra -lugar donde nació el pintor-. Constable supo mostrar en sus cuadros el amor que sentía por su tierra y representó lugares agradables y encantadores que se relacionaban directamente con sus experiencias personales. Hoy en día es considerado, junto a J.M.W. Turner, uno de los máximos representantes del paisajismo inglés (buena parte de su obra puede encontrarse en el Victoria & Albert Museum de Londres). Para saber un poco más de su vida, os copio el fragmento que aparece en el siempre útil "Diccionario de arte", de Ian Chilvers:

Pintor inglés considerado, como Turner, uno de los más grandes paisajistas británicos. A pesar de que mostró precozmente su talento artístico, habiendo comenzado a pintar escenas de su Suffolk natal antes de acabar la escuela primaria, su gran originalidad maduró con lentitud. No se dedicó seriamente a su carrera artística hasta 1799, cuando ingresó en las Escuelas de la Royal Academy, y hasta 1829 no adquirió plenamente el grado de académico, para el que fue elegido con grandes dificultades por mayoría de un solo voto. En 1816, la muerte de su padre le proporcionó una posición económica desahogada, y se casó con Maria Bicknell, con la que había mantenido relaciones durante siete años a pesar de una fuerte oposición por parte de la familia de ella. Durante la década de 1820 comenzó a conseguir cierto reconocimiento: ganó una medalla de oro en el Salón de París de 1824 con La carreta de heno, siendo admirado por Delacroix y Bonington, entre otros. Desde este momento, sus pinturas comenzaron a venderse modestamente. Sin embargo, su esposa murió en 1828, y el resto de su vida transcurrió ensombrecido por la depresión y el desaliento.

Tras haber pasado algunos años trabajando en la tradición del paisaje pintoresco y el estilo de Gainsborough, Constable desarrolló su peculiar estilo a partir de la intención de reproducir un escenario más directo y realista, retomando y modificando según un punto de vista individual la tradición hereada de Ruysdael y los paisajistas holandeses del siglo XVII. Al mismo tiempo que su contemporáneo William Wordsworth rechazaba lo que denominó la "dicción poética" de sus predecesores, Constable se alejaba de las con venciones pictóricas de los paisajistas del siglo XVIII. Constable pensaba que "no hay dos días iguales, ni siquiera dos horas; ni han existido jamás dos hojas de un árbol iguales desde la creación del mundo"; así pues, representaba, de forma completamente nueva entonces, los efectos atmosféricos de los cambios de luz al aire libre, el movimiento de las nubes en el cielo, deleitándose en estos fenómenos con un sentimiento que provenía de su profundo amor a la naturaleza. Nunca estuvo en el exranjero, y sus mejores obras reflejan los lugares que más amaba y mejor conocía, especialmente Suffolk y Hampstead, donde vivió desde 1821. Para obtener los efectos de atmósfera y luces cambiantes, abandonó la técnica tradicional de buen acabado, captando la luz del sol con toques de blanco o amarillo puros, y el dramatismo de la tempestad con una pincelada rápida e innovadora.

Entre aquellos de sus contemporáneo s que aplaudieron la frescura de la propuesta de Constable, puede destacarse a Henry Fuseli. Constable trabajó constamente al aire libre, tomando apuntes al óleo, aunque realizaba en el estudio los cuadros definitivos. Para sus obras más ambiciosas -"las de seis pies", como él las llamaba-, seguía un insólito procedimiento técnico consistente en la realización de un boceto al óleo al tamaño definitivo; en el siglo XX se han llegado a apreciar estos apuntes incluso más que las obras acabadas, debido a su libertad y frescura de su pincelada. En Inglaterra , Constable no tuvo sucesor; sus numerosos imitadores (y entre ellos, su hijo Lionel) se centraron en el formalismo compositivo y no en los apuntes directos. Sin embargo, en Francia ejerció una influencia determinante entre los románticos, como Delacroix; en los pintores de la Escuela de Barbizon y, en última instancia, en los impresionistas.

Golding Constable's Flower Garden Golding
Constable's Kitchen Garden

L’inauguration du pont de Waterloo
Salisbury Cathedral

The Hay Wain (considerada su obra maestra)
A Boat Passing a Lock

Hadleigh Castle
Hampstead Heath

Malvern Hall, Warwickshire
Marine Parade and Old Chain Pier


Parham's Mill, Gillingham, Dorset
Rainstorm over the Sea

Salisbury Cathedral from Lower Marsh Close
Salisbury Cathedral from the Meadows


Stratford Mill
The Bridge of Harnham and Salisbury Cathedral


The Entrance to Fen Lane
The Leaping Horse


Trees on Hampstead Heath at Sunset
The Mill Stream


View of Salisbury
Wooded Landscape with a ploughman


Wivenhoe Park, Essex
Weymouth Bay with Jordan Hill


View from Highgate Hill

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Exposiciones temporales actuales (V)

7/12/2011 Beldz 4 Comments


Museu Picasso (Barcelona)

Devorar París. Picasso, 1900-1907
1 de julio - 16 de octubre de 2011

La exposición "Devorar París" ofrece una mirada a la evolución de Picasso desde la llegada del artista a esta ciudad en 1900 y su descubrimiento de una floreciente comunidad internacional de artistas, hasta 1907-1908 cuando alcanzó notoriedad como principal representante de la vanguardia en la capital francesa. Ver por vez primera obras de pintores y escultores de la talla de Van Gogh, Gauguin, Puvis de Chavannes, Toulouse-Lautrec, Rodin y Steinlen fue toda una revelación para Picasso y una inspiración a la que se mostró de inmediato sensible como demuestran su exploración de nuevas técnicas pictóricas y gráficas y el empeño que puso en abordar nuevos temas basados en sus propias experiencias ante la vida y el arte moderno. Algunos críticos tacharon a Picasso de imitador de las obras de artistas que descubrió en su primer viaje a París; ahora podemos ver lo desacertado de este juicio. Aunque Picasso no renunció a apropiarse de los hallazgos de sus contemporáneos o de los que descubrió en la historia del arte para forjar su propio estilo, lo cierto es que nunca fue un imitador. En 1907 Picasso ya era un artista mundialmente reconocido, pero durante toda su carrera utilizó los mismos métodos de trabajo y experimentación. La actual exposición permite apreciar este hilo conductor.

Museo Thyssen Bornemisza (Madrid)
Antonio López
28 de junio - 25 de septiembre de 2011

La última retrospectiva de la obra de Antonio López tuvo lugar en 1993. En las dos décadas transcurridas desde entonces, el artista ha seguido evolucionando y ha producido algunas de sus mejores obras maestras. El propósito de esta exposición es mostrar al público esa producción reciente y a partir de ella reinterpretar la carrera anterior del artista. Muchas de las obras que se reúnen en esta exposición proceden de colecciones particulares, en su mayor parte españolas y, entre ellas, la del propio artista con un buen número de obras inéditas, algunas en proceso de trabajo; pero también hay préstamos destacados de museos como el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Bellas Artes de Bilbao, el Centre Georges Pompidou de París, el Hamburger Kunsthalle de Hamburgo o el Museum of Fine Arts de Boston, entre otros. La muestra se completa con la proyección en una de la salas de dos documentales elaborados específicamente para la ocasión con imágenes del trabajo de Antonio López más reciente, tanto en su estudio como en exteriores, así como diversas entrevistas a personas próximas a él.

El Prado (Madrid)
Roma. Naturaleza e Ideal (Paisajes 1600-1650)
5 de julio - 25 de septiembre de 2011

Hasta finales del siglo XVI, los paisajes fueron considerados un género menor por parte de los teóricos del arte y en ocasiones fue tratado como una especialidad relegada a los pintores que llegaron a Italia desde el norte de Europa. En Roma coincidieron diferentes tradiciones que durante el siglo XVI habían constituido las tendencias más significativas de este género pictórico: los paisajes arqueológicos de Polidoro da Caravaggio y Rafael, así como los fondos más naturalistas y poéticos de obras de Giorgione o Tiziano, que algunos de los grandes coleccionistas romanos mostraban con orgullo. Fue Aníbal Carracci quien elaboró el prototipo del paisaje armónicamente estructurado, que a finales del siglo XVII mereció el calificativo de clásico. El ejemplo de Carracci fue posteriormente desarrollado por sus discípulos boloñeses, como Domenichino o Francesco Albani, quienes enriquecieron el género con referencias literarias. Paul Bril, por otro lado, aportó la creación de variantes como el paisaje marino, pequeñas escenas de género o paisajes con topografía precisa. De esta manera, él y otros artistas procedentes de Amberes, como Jan Brueghel o Sébastien Vrancx, modernizaron en Roma la tradición de la pintura de Amberes del siglo XVI a través del contacto con el paisaje italiano.

Dulwich Picture Gallery (Dulwich, South East London)
Cy Twombly and Nicolas Poussin
29 de junio - 25 de septiembre de 2011

A unique exploration of contemporary artist Cy Twombly (April 25 1928 - 5 July 2011) and 17th century classical painter Nicolas Poussin (1594 -1665). This exhibition will look at these two figures side by side for the first time. Separated by three centuries the two artists nonetheless share remarkable similarities. The connections are highlighted through the key themes of Arcadia and the pastoral, Venus and Eros, anxiety and theatricality and mythological figures that are central to both artists' work. The exhibition will be accompanied by the British premiere of Tacita Dean's new 16mm film portrait of Cy Twombly, Edwin Parker (2011). As part of the exhibition, the Gallery is also extremely fortunate to have the opportunity to display Poussin's Seven Sacraments painted between 1637 and 1642 for his Roman friend and patron Cassiano dal Pozzo. As a set, Poussin’s Sacraments represent a high point in Western European art.

Barbican Centre (Londres)
Watch Me Move: The Animation Show
15 de junio - 11 de septiembre de 2011

Tracing the history of animation over the last 150 years, Watch Me Move: The Animation Show brings together for the first time, over one hundred films by contemporary artists, cut-out, collage, puppet, clay and stop-motion animators, auteur filmmakers and exponents of experimental film alongside the creative output of the commercial studios. Popular favourites by Walt Disney, Aardman, Studio Ghibli and Pixar, shown alongside lesser known pioneering works by cult figures such as Lotte Reiniger, Ray Harryhausen , Jan Å vankmajer and the Brothers Quay. Betty Boop, Mickey Mouse, The Hulk and The Simpsons are explored alongside the heroes of Japanese anime and manga.

National Gallery (Londres)
Devotion by Design: Italian Altarpieces before 1500
6 de julio - 2 de octubre de 2011

As part of a programme of summer shows focusing on the National Gallery’s collection, ‘Devotion by Design’ explores the function, the original location, and the development of altarpieces in Italy during the late Middle Ages and the early Renaissance. These objects furnished altars in churches and were not originally intended to hang in a gallery as we see them today. Instead, they were created for a specific sacred context, forming the focus of devotion for worshippers. Using the Gallery’s own collection, this exhibition investigates the development of altarpieces, looking at changes in form, style and type. It examines not only the evolution of their physical structure but also their relationship to their frames and to the monumental architecture that surrounded them. A small section of ‘Devotion by Design’ will be dedicated to altarpiece fragments, explaining the role different elements of altarpieces played in the overall ensemble. The exhibition examines the reasons why altarpieces came to be dismembered (often with the dissolution of religious institutions in the 18th and 19th centuries) and the methods that art historians now use to reassemble them.

Metropolitan (Nueva York)
Frans Hals in the Metropolitan Museum
26 de julio - 10 de octubre de 2011

The Metropolitan Museum of Art holds the most important collection of paintings in America by the celebrated Dutch artist Frans Hals (1582-1666), whose portraits and genre scenes were famous in his lifetime for their immediacy and dazzling brushwork. This exhibition will present thirteen paintings by Hals, including two lent from private collections, and several works by other Netherlandish masters. Several of the Museum's paintings by Hals are famous, especially the early Merrymakers at Shrovetide and the co-called Yonker Ramp and his sweetheart, both bequeathed to the Museum by Benjamin Altman in 1913. Alson included in the exhibition will be two loans from private collections in New York -the small, exquisite Portrait of Samuel Ampzing, on copper, and the well-kwnon Fisher Girl. A selection of other Dutch paintings from the Museum's collection and a few engravings will set Hals's work in the context of his native Haarlen amd will help clarify how exceptional his animated poses and virtuoso brushwork were at the time. A portrait by Manet, inspired by Hals, will also demonstrate how strongly Hals anticipated impressionist efffects.

Belvedere (Viena)
Josef Danhauser. Pictorical Narratives
22 de junio - 25 de septiembre de 2011

The focus of this exhibition is on Josef Danhauser (1805-1845), the storyteller. Danhauser was unrivalled when it came to translating the content of literary text, be it of a historical, religious, or purely narrative nature, into pictorial ‘language’. Spectators are thus enabled to extract entire stories from his pictures, provided that they are willing to look closely. Gestures, facial expressions, and movements are the vehicle of these pictorial narratives; there is a lot of humour and daring satire behind them, while they particularly rely on the close observation of people and the capability of visualising minor human flaws in a pointed or maybe even exaggerated manner. William Hogarth’s series The Rake’s Progress and Marriage à la mode, with their narrative wealth, rich allusions, and sharp wit, had a great impact on Josef Danhauser. Danhauser was to refer to them throughout his life, using his models in a subtle and discrete manner for his own compositions. They provided the basis of his most important works, such as The Rich Debaucher, The Soup for the Poor, and The Reading of the Will.

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Gustave Courbet, El desesperado

7/06/2011 Beldz 9 Comments


Esta tarde he ido a ver la exposición Realismo(s). La huella de Courbet, en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (Barcelona). Se expone una pintura de Courbet que me ha impresionado: El desesperado. Se trata de un autorretrato del artista en un momento de crisis personal o, como han interpretado otros, el estudio de una cabeza expresiva, imagen del genio loco y atormentado.

Esta reproducción es, quizá, la que más se aproxima al original.


Gustave Courbet
Autorretrato (El desesperado)
(1845) [Colección privada]

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Los Tres Mosqueteros, de Alexandre Dumas

7/05/2011 Beldz 4 Comments


Ya está disponible en La Espada en la Tinta mi nueva reseña. En esta ocasión, os traigo todo un clásico de las novelas de aventuras, Los Tres Mosqueteros:

Los Tres Mosqueteros es un gran clásico de la literatura universal o, más concretamente, una extraordinaria novela de aventuras. Desde su publicación hasta nuestros días ha gozado de una inmensa popularidad, en parte gracias a las diversas adaptaciones cinematográficas que se han hecho sobre ella. Quién no habrá disfrutado compartiendo las vicisitudes del inquieto gascón d'Artagnan y de sus compañeros Athos, Porthos y Aramis; quién no hubiera querido ser un poco más intrépido, más audaz, más emprendedor, como sus protagonistas; y, en definitiva, a quién no le hubiera gustado ser la inocente, pero arriesgada dama por la que suspiraba el joven d'Artagnan. Si una cosa hace grande a una novela esa es su capacidad de hacer que el lector se sumerja plenamente en ella: os puedo decir, sin duda alguna, que Los Tres Mosqueteros lo consigue.

Los Tres Mosqueteros es una novela escrita por Alexandre Dumas padre (1802-1870), publicada por primera vez entre marzo y julio de 1844 en la revista Le Siècle. El autor se basó en unos manuscritos que encontró en la Biblioteca real, que llevaban por título las "Mémoires de M. d'Artagnan", escritas por Gatien de Courtilz y publicadas treinta años después de su supuesto autor, en 1700. En ellos se describía, a modo de semi-ficción, la vida del mosquetero d'Artagnan -existió realmente un d'Artagnan histórico, hijo de una familia noble, los Batz de Castelmore- y las intrigas y los engaños políticos en la época de Luis XIII. Alexandre Dumas tomó como base para su historia estas memorias y las adornó con grandiosas hazañas. Aunque muchos de los hechos históricos que aparecen en la novela son verídicos, y se corresponden con la época en que sucedieron, también hay otros -bastantes- que se presentan como anacronismos. Por ello, debemos leer este relato como una historia ficticia con un cariz de realidad.
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