"Las muy ricas horas" del Duque de Berry
Juan I de Berry (Vincennes, 1340- ParÃs, 1416) fue un prÃncipe francés de la corte de los Valois. Su padre era el rey Juan II el Bueno y tuvo por hermano, entre otros, a Carlos V, el futuro rey de Francia. Fue heredero del ducado de Berry y, por matrimonio, heredó el tÃtulo de conde de Auvernia y conde de Montpensier.
"Las muy ricas horas", o también llamadas "Las tres ricas horas" (en francés Très Riches Heures), es un libro de horas que encargó Juan I a los hermanos Limbourg en 1410. Es el manuscrito más importante del siglo XV, por las innovaciones que aporta y por la perfección en que están realizadas sus miniaturas. Se representa la vida cotidiana de la corte y del pueblo, dividida en los doce meses del año. En ellas se pueden apreciar las riquezas en los vestidos de los nobles y sus costumbres -ir de caza o los banquetes- y los trabajos que realizaban los campesinos -la siembra, la siega o la recolección-. Además, en la parte superior de dichas imágenes, tenemos representado, de una manera muy exquisita, todo aquello relacionado con el tiempo: los signos del zodÃaco, las lunas...
Pero "Las muy ricas horas" no se limita sólo a éso, sino que añade escenas religiosas, del Génesis y de la vida de Cristo. AsÃ, se nos presenta la Expulsión del ParaÃso, la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos, la Flagelación y la Crucificción, entre otras.
¿Por qué es tan importante este libro de horas? Porqué con él se llega a la culminación de una tradición en el ámbito de los manuscritos ilustrados. Los primeros de ellos representaban las figuras con poco movimiento, muy rÃgidas, propias del románico; los cielos eran monocromos, no habÃa sombras y la desproporción en las figuras era bastante importante. Ésto se fue arreglando con el paso de los años, gracias a la propia evolución de la pintura y por la llegada del Gótico Internacional. Los hermanos Limbourg aplicaron en este manuscrito una técnica muy elaborada: los cielos ya poseÃan la propia degradación azulada, el sol hacÃa aparecer las sombras y las figuras se movÃan con delicadeza. Además, se representaron edificios, ahora desaparecidos, del entorno de ParÃs y de la misma ciudad, como el palacio del Louvre o el palacio de Vincennes, que permiten a los historiadores reconstruir parte del patrimonio medieval de la ciudad.
- Imágenes:
- La expulsión del ParaÃso: la Tentación, la Amonestación por parte de Cristo y la Expulsión
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