Al referirnos a los espacios donde habitan las hadas, hemos mencionado la actividad de las
Korregans como constructoras de antiquÃsimos monumentos de piedra, o colaborando con los
Korreds, que son los elfos de los dólmenes, en la ardua y para nosotros inexplicable tarea de transportar los enormes y pesados bloques con los que se erigieron aquellos misteriosos megalitos. Los
menhires y los
dólmenes están en los parajes más recónditos de los bosques, disimulados por la vegetación, o bien formando cÃrculos, cuyo simbolismo nos remite a lejanos cultos de la fertilidad y de la salud.
En la tradición céltica se relaciona a estos monumentos con las ceremonias druÃdicas. Pastores y campesinos, que recorren las inmediaciones de los enclaves de estos centinelas silenciosos, dirigen hacia ellos miradas de veneración. Cuentan algunos viajeros perdidos por esos parajes que, a la hora del crepúsculo y ante la inminencia de la noche, se ve una multitud de lucecitas que, a modo de fuegos fatuos, rondan por los bosques y campiñas de los alrededores y se dispersan por los caminos. Son las antorchas de los que van a celebrar antiguos cultos en medio de la espesura de los bosques, a reverenciar a los rÃos sagrados, a las fuentes, a los árboles, y, sobre todo, a las impenetrables piedras druÃdicas. Sin duda, estas procesiones taciturnas están formadas por seres humanos, o con apariencia humana, y por una infinidad de pequeños elfos de las sombras, entre los cuales ocupan un lugar importantÃsimo los numerosos
Korreds. Se dice que estos genios, pequeños pero dotados de una increÃble fortaleza, fueron los encargados de acarrear a sus espaldas el voluminoso material con que erigieron los dólmenes, a cuyo amparo mucho de ellos fijaron su morada y donde seguramente aún continúan viviendo.
En un principio, algunos habitaban en cuevas subterráneas o en los acantilados de la costa; otros construÃan sus casas en terrenos pantanosos o en aguas estancadas, siempre junto a los dólmenes y bajo el nivel del mar. Con el paso del tiempo, se fueron instalando en distintos lugares, entre las dunas, en la costa, en los mismos dólmenes y aun en viviendas humanas.
Los
Korreds abundan en Bretaña, donde se los conoce con una gran variedad de nombres. En épocas lejanas, algunos de estos elfos emigraron a
Inglaterra y se asentaron en
Cornualles, donde reciben el nombre de
Spriggans. Y también se habla de la presencia de estos elfos de los dólmenes en los
Pirineos. Algunos los ven como enanitos muy poco agraciados con unos ojos rojos y brillantes como rubÃes y la piel oscura de los genios de la sombra. Otros añaden algunos rasgos que los afean mucho más: son contrahechos, con los ojos hundidos, la piel muy negra, el pelo hirsuto, tienen patas de cabra y garras de gato. Sus voces son apagadas, y hay algunos, a los que se conoce con el nombre de
Crions, que rÃen a carcajadas durante toda la noche.
Al estar vinculados a los dólmenes, tienen el don de la profecÃa, practican artes mágicas y no hay secreto relativo a los tesoros de la región que escape a su conocimiento. Las noches de los miércoles celebran sus fiestas entregados al baile, que es para ellos una actividad muy placentera. Sin embargo, la danza no es una mera diversión, sino que forma parte de sus ceremonias élficas, y se entregan a ella con un impulso tan vivo y enérgico, que bajo sus pies la hierba se quema formando cÃrculos. Como sucede con las danzas de las hadas, es muy peligroso para los humanos unirse a ellas. Si a los
Korreds se les interrumpe o se les molesta de alguna manera en estos momentos, reaccionan con violencia inusitada y castigan al intruso obligándolo a bailar hasta que muere de agotamiento. Fuera de estos arranques de ira, los Korreds son serviciales con los humanos, y colaboran en algunas tareas cotidianas, o les arriendan por muy poco dinero bueyes, utensilios de cocina y herramientas, empleando un procedimiento pactado entre ellos a través de la piedra de los préstamos donde se dejan las monedas y los objetos de intercambio.
Korred, en Mitos UniversalesTÃtulo: Vida, secretos y costumbres del mundo encantado de las Hadas
Autora: Teresa MartÃn
Editorial: Optima, colección Luxor, 2003
Formato: Tapa dura, 285 páginasPrecio: 6€
12 comentarios:
Publicar un comentario