El monasterio de Santa María de Poblet
El monasterio de Poblet, situado en la Conca de Barberà, es el monasterio cisterciense más grande de la península ibérica. Actualmente, aún residen en él una comunidad de 30 monjes ataviados de blanco, típico de este grupo religioso.
Los monjes se instalaron en 1153 y con la ayuda real y de la nobleza empezaron a construir el monasterio. La particularidad de su iglesia se encuentra en la cabecera, ya que no es totalmente plana, como la de
Santes Creus o
Vallbona de les Monjes, sino que tiene un deambulatorio al que se le abren unas pequeñas absidiolas. Alrededor del claustro principal, se situan diversas estancias como la sala capitular -el lugar de reuniones y de entierro de abades-, la biblioteca, el refectorio o comedor, el calefactorium, la cocina y las zonas de los conversos. Ésta es la zona que se puede visitar hoy en día; la parte donde residen los monjes, con otras muchas estancias y dos claustros más, está cerrada al público.
El monasterio también está rodeado por una preciosa muralla, donde se destaca la Puerta Real, flanqueada por dos torres. A su lado, la portalada de la iglesia de estilo barroco -superpuesta a la gótica- no desentona demasiado, desde mi punto de vista.


Su atractivo reside por el hecho de que fue el panteón real de la dinastía catalano-aragonesa. Así pues, encontramos en el ábside sus tumbas ricamente talladas, aunque restauradas actualmente, de
Alfonso, el Casto, Jaime I el Conquistador, Pedro el Ceremonioso y sus esposas, Maria de Navarra, Elionor de Portugal y Elionor de Sicília, Juan I, Martín I el Humano, Mata de Armanyac, Violant de Bar, Fernando de Antequera, Alfonso el Magnánimo, Juan II y Juana Enríquez. El retablo que decora la zona del altar es obra de Damià Forment, de estilo renacentista.
Los monjes del Císter aparecieron en contraposición a los monjes de Cluny, en Francia. Éstos habían olvidado las reglas monásticas de pobreza y su monasterio empezó a acumular riquezas. Entonces
Roberto de Molesme fundó una nueva abadía,
Cíteaux (de ahí el nombre de la orden) y junto a un grupo de monjes volvieron a recuperar las reglas benedictinas de San Benito de Nursia, el
ora et labora. Es por esto que en los monasterios cisterciences no se encontraran pinturas que decoren las paredes, ni esculturas que puedan despistar al monje de su oración. Los capiteles no contendrán representación figurada, sino un estilo vegetal, geométrico y simple.

- Imágenes (por orden de aparición):
- Escudo oficial del monasterio de Poblet
- Puerta Real
- Retablo de Damià Forment y tumbas reales
- Claustro principal
Monestir de PobletLa ruta del Císter
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